Le Havre, puerto de mi exilio.



No lo escogí, se impuso el mar. Ese que rodea, y da volteretas en la cabeza y que falta en Paris. Nada es perfecto. La culpa fue de Henry Miller. Decía que el Mar de La Manche vigorizaba a un muerto, y no lo dudo, pues he revivido sus escapadas a la Taverna del Cheval Blanc –donde se emborrachaba los fines de semana, dejando el snob el show y la querida al abrigo de la capital.

Le Havre avait l'air gai sous le soleil ; l'air était revigorant, avec un fort goût de saumure qui me donna presque la nostalgie de New York. Il surgissait des mâts et des coques de toutes parts (…). Magnifique impression au premier abord : la ville nous accueillait à bras ouverts. » Henry Miller, Tropique du Cancer.

Le Havre es el fin del mundo, la ciudad que duerme a las nueve de la noche. La mal querida donde cae una lloviznilla durante días y días, semanas y hasta meses completos, diríamos Londres pero con acento. En Paris debes llegar a la Gare Saint Lazare , el tren te llevará durante dos horas al norte, a la Normandía , tierra de vikingos , de los hombres nórdicos (nord-man=hombre del norte), quienes visitaban el Continente al abordar la Sena, por su desembocadura. Espera entonces a hombres rudos, de fuerte corpulencia, pateando el francés, a hachazos puros con la lengua sonora.

El cielo es de un plomo impresionante, te puedes quedar ciego y no es extraño que sea la tierra de los impresionistas. Fue en esta ciudad donde Monet dio en 1873 las primeras pinceladas de «Impresión, amanecer», el lienzo que dio su nombre al movimiento.

Mi pretensión de pintora se exalta cuando compruebo que esa luz que veneraban me provoca un mareo de « absinthe », « la fée verte » y sin tomar . En lugar de fina arena, las playas son de piedras y las aguas de un color negrusco –verde negrusco-. Los despeñaderos
bordean la costa y a lo lejos , barcos, barcos, barcos, marejadas, la Inglaterra.

La ciudad es gris y de una arquitectura difícil, en cemento bruto,-pues fue totalmente arrasada cuando la segunda guerra mundial tocaba fin- La idea del arquitecto Perret le ha valido ser considerada Patrimonio de la Humanidad. A mi no me gusta, me cae en la cabeza como un bloque del campo socialista, pero esta el mar y su historia.

A veinte minutos se puede visitar en Villequier la casa de Victor Hugo , y en el fondo del jardín, la terraza y el río donde su hija se ahogo. En La Normandía Maupassant anda suelto, sus personajes cobran vida en castillos y granjas que hablan de encierros, de carruajes a los barrancos de una cal amarillosa. Gustave Flaubert nos ha dejado guantes en las aceras.

Y dale a patear turismo: en el Château de Bonneville (La Varende), en el Château de la Madeleine (Casimir Delavigne); en el Château de Miromesnil (Guy de Maupassant); el Château de Vascoeuil (Jules Michelet) ; la Casa de Maurice Leblanc en Etretat , el Manoir de Cuverville donde André Gide vivió; el museo Flaubert ; la casa natal de Pierre Corneille en Rouen- al lado de la plaza donde quemaron a Juana de Arco ; o el Pabellón de Gustave Flaubert –solo para decirles que la historia les deshace el nudo de los ojos tropicales.

Es aconsejable hacer una retirada espiritual al Monte Saint Michel,-treinta minutos pasando el Puente de la Normandía, el más extenso de los suspendidos en el mundo- y dormir en esa isla de laberintos estrechos, hasta que monte la marea y no puedas escapar. Eso provoca buenos poemas del encierro primario, el que conocimos de niños.

Pero volvamos a la ciudad de mi exilio, a su puerto que despedía - recibía a los visitantes parisinos. Martí regresó en un vapor de su viaje a Europa, vino en carruaje de Paris y respiro frente al mar. Fue en la vueltecita esa cuando pensó como formar la cosa en la isla.

El Doctor cubano Carlos J. Finlay hizo sus estudios secundarios y mucho que debe haber jugado en esta playa de patinadores y veleros.

Pour ce qui est des origines françaises de Carlos Finlay,
médecin cubain, qui pratiqua à la fois la médecine géné-
rale et l'ophtalmologie, tout en se consacrant à ses
recherches, je suis maintenant en mesure d'apporter les
précisions suivantes : c'est sa mère, Isabelle de BARRèS
(ou DESBARRES ? on découvre ce dernier patronyme à
Bordeaux), qui était française, son père, Edward Finlay,
médecin, étant d'origine écossaise.
Né à Camagüey (Cuba) le 3 décembre 1833, Carlos Finlay
effectua des études secondaires au Havre (vers 1850, un
armateur nommé W. Finlay était établi au Havre), de 1844 à
1846, date à laquelle il dut retourner chez lui à cause
d'une attaque de chorée. En 1848, il revint en France mais
la révolution l'obligea à poursuivre ses études à Londres
puis à Mayence. C'est en 1850 qu'il entra au lycée de
Rouen, où il resta jusqu'en 1851, époque à laquelle il
s'en retourna à La Havane, en convalescence d'une fièvre
typhoïde.
Il fit ses études de médecine au Jefferson Medical College
de Philadelphie (Etats-Unis). Il s'installa à New York
puis à La Havane en 1857, date à laquelle il obtint
l'équivalence de son diplôme de docteur en médecine.
Il fit différents voyages avec son père et, de 1860 à
1861, visita les principaux hôpitaux de Paris avant de se
fixer définitivement à La Havane où, le 16 octobre 1865,
il épousa Mlle Adela SHINE, originaire de l'île de
Trinidad. Ce couple eut au moins trois enfants, dont
l'aîné fut médecin.


Frida Kahlo, quito su “Casa azul”, en Coyoacán para venir a exponer a Paris, y entro al Continente por el puerto de Le Havre, donde le perdieron las maletas según consta en actas.



La hija de Guillermo Kahlo, fotógrafo judío-alemán. Contaba de sus viajes: “en Francia, André Breton, poeta y amigo llamó a mis pinturas `una bomba envuelta en cintas elegantes´ y Picasso me llevó a cenar”.

Frida tenía muchas ansias de viajar, afirma la maestra Raquel Tibol. “Pero sí conoció el mar”, se apresura a aclarar la maestra, “se fue en barco a París. En Nueva York también estuvo, más de una vez”,
En 1939, Frida fue por primera y única vez en su vida a Europa, específicamente a Francia, a París, donde Breton le había prometido incluir su obra en una exposición que el francés organizaba en torno al arte mexicano.
La pintora dejaba atrás la primera exposición de su trabajo en la Galería Julien Levy, de Nueva York, en noviembre de 1938. La prensa la trató bien y ella partió emocionada a París buscando repetir su éxito.
En una carta que escribió a Muray, la artista le explica la situación en París: sus cuadros no habían sido retirados de la aduana, Breton no había buscado el paquete de fotos de su exposición en Nueva York y, para colmo de males, adquirió una fuerte infección estomacal que le afectó hasta el riñón. Por suerte, apareció en su vida el pintor Marcel Duchamp, quien la ayudó a conseguir una exposición en la galería de Pierre Colle.

Finalmente, la exhibición se llevó a cabo y el día de la inauguración, Kahlo recibió felicitaciones de Miró, Kandinsky, Picasso, Tanguy, entre otros surrealistas.
“No le gustó París”, dice Tibol, “no le gustaron los franceses, en una carta a los Wolf les describe lo mal que tratan a los españoles. Lo único que le gustó fue un ‘mercado de pulgas‘, donde compró un par de muñequitas a las que describió como preciosas; le cuenta a Muray que les ha lavado sus ropitas y que a una le faltaba un zapatito”.

-Y ese Mar De La Mancha, negrísimo, como un viaje de cicatriz hacia la fama-.



Otra importante mujer de mi vida regreso al continente, tras once años de exilio, por este puerto. Marguerite Yourcenar, los que estudian mucho escribieron paginas que menciono- abajo-, ahora me dedico a escribir la novela de lo que pensó al regresar. Esa es mía y no la avanzo.



Qué pensarían, qué les acompañó cuando divisaron tierra? … en esas me entretengo.
Quizás, si regreso a Cuba, cuando se acabe la dictadura, lo haga por mar, desde este puerto, desde estas piedras con sus cabañas de playa, una noche clara, a los lejos el tintineo de las luces de Inglaterra y los fantasmas que me acompañan durante el largo invierno.


Commentaires

Al Godar a dit…
Exquisita descipción. Es como si hubiera salido allá afuera a contemplar un rato el mar.
Interesante tambien el pasaje de Finlay.
Saludos,
Al Godar
Puchungurria a dit…
Oh que bueno que nos empapes de tanta historia, y fijate que hace unos años lei sobre la vida de Frida K, me gusta mucho su obra al igual que la de Diego R. Los murales de Diego te los encuentras hasta en el metro de la Ciudad de Mexico.
Tu savais que grace a la publicité sur le Havre qui pase en ce moment a la Tv, le Havre s'appelle "Ailleurs".
Muchas gracias por sus calidad palabras Al Godar y Punchungurria, ustedes me han inspirado el deseo de contar la ciudad donde vivo y se lo agradezco.

Laura, Michi, no sabia eso, no he caido sobre esa publicidad, cuenta. Ya lo habian utilizado en la exposicion que hice en el ayuntamiento , te acuerdas con Salim, Lena, Vaskua y ahora no me acuerdo el nombre del otro pintor.

Cuentame. "D' Ailleurs" se llamaba y despues el conjunto de obras partia en carguero al puerto de Marseille... proyecto que no se hizo por falta de dinero.
GeNeRaCiOn AsErE a dit…
¿Que se puede decir luego de este post? Me quito el sombrero, me voy contigo pa’ alla’ y revuelvo los pocos recuerdos de una Francia que conocí de paso, e imagino trozos de libros...
EL silencio de 100 paginas de Marie y el discurso interminable de Frederik que la ha visto en un barco que no se detiene y va de sus cabezas hasta el cielo ‘plomizo’ que los unió. Porque... si al amor de los Montague y los Capulets lo único que los pudo unir fue la muerte, entonces a aquel deseo imposible del Moreau y la Arnoux, solo los podía acoger aquel paraíso gris, albergue de sodomía y guillotina, lleno de disparos, consignas e iluminaciones, “la charca
negra y fría donde, hacia el crepúsculo embalsamado,
un niño, en cuclillas, lleno de tristezas, suelta
un barco frágil como una mariposa de mayo”.

nos pillamos, tony
Rosa a dit…
Vaya, pues si que estás bien al norte amiga! La Haya con tanta historia y tan poco sol. Que bien que nos traigas todas estas historias, mientras esperas el regreso al sol. A mi también me agobia el cielo gris, que me quiere aplastar como a Baudalaire, pero no lo dejo, como te comentaba en mi blog. Te añado al blog roll para no perderme tus interesantísimos artículos. Un abrazo desde Oviedo, Asturias.

Rosa
me encantaron ambos posts. aquí agobia tanto sol y tanto calor, así que aunque no lo creas el cielo gris a veces puede ser refrescante... estoy de acuerdo ¨sólo se está bien en otra parte¨
Tony, asere me pillaste con ese hermoso comentario.

Un fuerte abrazo para Yoana y para Grettel, cuando deseen conocer el norte, aqui tienen casa.

Gracias por la visita.
Me encanto la descripcion y en respuesta a tu pregunta, cuando subi el video ayer, llovia a cantaros en Londres. Preciosa lluvia de final de oton-o y principios de invierno.

Saludos desde Londres.
Anonyme a dit…
«Nullum para elogium»
¡Zapatetas en el aire! Tiene la agilidad de la crónica parisiense del injustamente olvidado Gómez Carrillo. Le goût de la lecture, l'exigence de l'écriture. Y parafraseando a Virgilio Piñera se puede decir que el perfume de esta entrada puede detener el vuelo de un pájaro. Viví en Ohio por casi tres años, en cambio, esta Ítaca “tiene faros que en la neblina buscan a quien salvar”
Saludos,
Carlos
Carlos, es asi, un faro desesperado.

Londonian
mis respetos por sus blogs,

gracias por visitarme
un abrazo.

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