NO TODOS LOS VIERNES SON
UN ALUMBRAMIENTO CUALQUIERA.


Sobre el viernes caminaba
en el aire
como la claridad de tus ojos
puestos de cielo que mira mi boca
adentro donde salto
y veo que todo lo oscuro se evapora
y luego queda el resplandor atrapado
con unas ganas inmensas de delirio.

Esta riqueza y poder decir
los pasos que reflejo
cuando floto a la altura
de tus ojos
que también provocan
como cofres donde guardo
esos instantes de respirar
toda la vida tuya
que no podría entrar
si no tuviera esta hinchazón
de quien camina sobre tu alma
un guajiro que sabe ordeñarse
en la leche tibia de tus sentimientos.

El oro que busco está en ti
tarde sobre la que inicias
bocanadas de aliento
vistas también en el cristal
donde tu cuerpo asciende
lejos de toda lapida que descifre
alguna frialdad que nos tumbe
de esta altura donde los pies
como cristales se limpian;
y alumbran los gestos que nos emocionan
y todos los que pasan
-nos ven con esas ganas
bordados en un mantel de lujo
jardín que se exhibe a mitad de un sueño-
y luego volvemos tú y yo
bajando sin temor como polen de las cosas
abono de una vida imposible
de no ser por esta suerte de misericordia
por la que muchos suelen perder
ese camino invisible
donde todos tus secretos perduran
donde toda embriaguez
ha escrito nuestros nombres
sin que nos falten
los huecos de aquellas palmas
donde de niños
escondieron el corazón
para que ninguna niebla lo congelara.

Este viernes
bailo sobre tu pecho
hago de bailarina que toca los estrados
con las puntas de tu respiración
y luego
he visto el pasto crecer bajo mis pies
y la misma tierra donde has pasado
hasta estos días donde me veo
en esos dos ojos negros
que me ofrecen
caldo de cultivo para no regresar
a otro sueño imposible
que sin mirar atrás nos abandone.

Este viernes no estaré crucificado
sin que dejen de entenderlo
ni Dios ni nadie;
hay días que son para uno
desde esa exclusividad
donde uno reina
como un potro salvaje
dispuesto a ser domado por esa manera
en la que tan bien dominas
cualquier alumbramiento.

Juan Carlos Recio
NY/ Viernes Julio 2 del 2010.

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Yo sorprendido por todo sin falsa modestia, agradecido como un perro, y por los buenos poemas de Sosa, David y Chago, por supuesto

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