Croo Croo

Antimanifiesto “Contra la poesía” de Rafael José Díaz, de su blog Parodias y profanaciones.

Los poetas somos como las orugas: nos sabemos los precursores de las mariposas y sabemos que debemos arrastrarnos mucho si un día queremos probar su torpe e inútil revoloteo.
Y es que en cuanto se escribe con la conciencia de estar componiendo un poema todo se ha echado a perder, ya no hay remedio, cualquier frescor se marchita y toda luz se malea.
Falaz, mendaz, procaz y locuaz todo poema que no se haya reído de sí mismo al menos una vez en la vida. Es como el conferenciante al que su público aplaude sin saber por qué. Mucho mejor salirse de la sala, cerrar el libro, descerrajarse un elemental endecasílabo en la sien.
La risotada salvadora del poema es como el alivio urgente de la vejiga.
Usted afirmaba, maestro, le dijo un día el joven poeta tropical a su adorado mentor, que un día atraparíamos con nuestras redes el rutilante pez que salta en el abismo. ¿Y ahora nos brinda tan solo esta cañita de pescar podrida y su sitito al final del malecón?
Soy un poeta. Croo unos versos. Es que he salido rana.