El Pendejo Luis Alberto García


No, SENOR, USTED ES SOLO UN PENDEJO

estoy hasta los cojones que no tengo de esta brigada de pendejos que no abre la boca para criticar lo que sucede en Cuba y se lanza autoproclamándose mambí de esto y lo otro, los pendejos se denominan pelos del sexo, y jamás se alzan hasta la cabeza, que no joda.




 carta escrita por Ramón Muñoz Yanes.
Mensaje al actor Luis Alberto García de un “talibán” vecino suyo.
Introducción geográfica necesaria.
Estimado Luis Alberto, quizás no me recuerdes pues han pasado muchos años, pero estábamos en la misma aula del preuniversitario del Cerro, en la avenida Buenos Aires, justo detrás del Hospital Diez de Octubre y corría el curso 1978 – 1979 y hacíamos el duodécimo grado. Estábamos en la misma aula y recuerdo algunos nombres como Idania, Placeres, Otto, etc. todos también condiscípulos nuestros. Mi nombre no lo recordarás, pero me llamaban “El Ruso” por mi aspecto físico y el pelo corto. Recuerdo también del aula a uno que después fue modelo de La Mesón y la revista Havanatur, que aprovechaba el receso para vendernos cajas de H. Upmmann clandestinos. Algunos en broma te llamábamos “Cabo Lastre”, recordando aquel inigualable papel protagonizado por tu padre, genial actor también y de quien guardo gratos recuerdos a través de nuestra pantalla del televisor ruso Krim, en blanco y negro. Tu padre se grabó como actor en mi memoria por su genial Andoba, protagonizada años más tarde también por ti de manera antológica y a la que acudí a verte en su puesta en escena en el teatro Mella. Recuerdo que me viste en la cola y yo pensando que no me reconocerías por la enorme cantidad de gente que conoces por tu condición de actor, pero no, me gritaste ¡Ruso! y me entraste al teatro sin hacer la cola, detalle que guardo gratamente en la memoria.
Además, por esos avatares del destino me casé y vivía justo en tu misma calle, Martha Abreu, entre 20 de mayo y Enrique Villuendas, frente a la escuela primaria, a apenas cinco casas de la tuya. Me parece estar viendo a tu padre, junto a René de la Cruz, aquel que muchos conocen más por su estelar “Julito el Pescador” disparándose rones cada mediodía en la bodega de la esquina, sin hacer el menor caso a nuestro tórrido clima.
Por entonces, usted, mi hermano, ya se consagraba como actor y yo culminaba mi especialidad de Obstetricia y Ginecología en el Hospital Hijas de Galicia en Luyanó. Imagino que no me recuerdas, pero te admiro y respeto como actor, hoy ya director y te confieso algo, intento ver cada filme tuyo y siempre le digo a la gente del cine acá por España, dónde vivo desde hace veinte años: Coño, ese estaba en mi aula.
Mensaje a riesgo de que me llames “talibán”:
Leí tu artículo con respecto a la visita del presidente de los EEUU a Miami, dónde derogó las medidas tomadas por Obama con relación a Cuba y respeto tu opinión, pero difiero en algo. La puesta en escena quizás no te gustó, como tampoco el elenco, etc. cómo que se hablara en inglés y tres etceteras más, pero debes entender que el idioma oficial en EEUU es el inglés y no hay opción.
Fuiste despectivo y te autotitulas mambí irredento, aseveras que “hiede a anexionismo a 90 millas”. Hedor es sinónimo de mal olor y el que hedía era yo cada mañana en La Habana, siendo especialista en Microcirugía Tubaria, cuando tenía que pedalear en una bicicleta Forever, para ir a operar a mis pacientes en el hospital Amejeiras de la capital. No se habló en la actividad de anexión de Cuba en ningún momento, se habló de libertad para la isla y no lo veo mal, después de 58 años, dónde una sola familia rige los destinos del país. Tú no puedes decirlo y lo sabes, conceptualmente y en cualquier diccionario del planeta lo puedes leer como debe ser y te lo digo yo, una dictadura, totalitaria además.
Otra vez te vi en la “shoping” cerca de 3ra, en Miramar. Ibas ya peinado a lo rasta y con aire intelectual, pero ya no me conociste. Yo era un microcirujano del Ameijeiras, con un metro ochenta y cincuenta y seis kilos de peso con diez dólares escondidos en el bolsillo, que me regaló un paciente y que llevaba para comprar algo de “jama” para mis hijos, que también tengo dos, por cierto. También hedía ese día, pero no como en la reunión de Miami dónde un grupo de cubanos, tanto como tú, expresaban sus criterios sobre el futuro de Cuba con tanto derecho como tienes tú, pero yo hedía a sociedad invertida, dónde no se premia la inteligencia sino la lealtad al sistema, yo olía a lo que huelen la mayor parte de los cubanos, a supervivencia, a delito por comer un mísero bistec, a hambre y necesidad, mi hermano.
Mi socio, te refieres al pasaje bíblico de David y Goliath para Cuba y USA, aquí entre tú y yo, o el día que escribías el artículo se te fue la mano con el ron o no recuerdas que en nuestra época universitaria, aún botaban de la universidad a los religiosos, pero el problema no es de confrontación. EEUU es también un país soberano como debía ser el nuestro y puede determinar su política con respecto a sus vecinos cómo desee. El problema de Cuba no es los EEUU, el problema de Cuba es más simple, un gobierno ha tenido la posibilidad de tener la dirección del país durante 58 años y ¿qué ha logrado? Si miras las estadísticas, confirmarás que los parámetros económicos de hace cinco décadas superan con creces los actuales. Cuba es literalmente un desastre económico y social, sólo el 5,7% de la población tiene acceso al agua potable 24 horas, el acceso a una vivienda digna es cero, el nivel educacional es cuestionable y no lo digo yo, lo dicen medios oficiales, o mejor dicho, la única prensa que es permitida. Estos son índices de desarrollo humano. Lo de David y Goliath, me sonó a discurso o como llamábamos en la escuela, ¿lo recuerdas?, “muela bizca”.
Me alegra de que quieres una Cuba “con todos y para el bien de todos”. Debes incluir los casi tres millones de cubanos que vivimos fuera de la isla y que tenemos derecho a votar y elegir, tanto como tú y te hablo de un 25% de la población cubana, que somos tan mambises como tú, que nos gusta el Benny y los frijoles negros.
Mi hermano, ojalá un día pueda verte en una Cuba libre para todos, te daré un abrazo. Una Cuba dónde resucitemos a todos, incluyendo a los que se fueron con sueños bajo el brazo y obligados por el rechazo y el desprecio por pensar diferente. A Reinaldo Arenas, Ernesto Lecuona, Cabrera Infante, Celia Cruz y muchos más, ¿y por qué no a los balseros, a los presos?. La culpa de nuestra situación no la tienen los EEUU, está en Cuba y tiene nombre. Te disculpo que no lo digas, en ello te va tu trabajo, tu vida, todo.
Un abrazo y te digo algo, cada trabajo que haces es maravilloso como actor y como director. Le seguiré diciendo a la gente: Mira, ese de la película estudió conmigo, pero hermano, para ser mambí, irredento y libre, se debe partir del respeto a la opinión de los demás, porque como dijo nuestro vecino Juárez, el respeto al derecho ajeno, es la paz.
Un abrazo,
R.Muñoz Yanes.
Gran Canaria, España. 29/06/2017
Pd: Ojalá estas letras llegaran a ti, como mi abrazo.

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